Cain




Un nuevo amanecer asoma por la ventana, claridad tenue que infiltra entre las viejas cortinas. Las campanas del reloj anuncian un nuevo día, mas nada de eso es para mí. Para mí no hay días, ni sol, todo es oscuridad, tinieblas, frío y soledad. Yo soy la parte que cuentas vagamente y no admites en tu historia. Soy la sombra que te sigue y que nadie percibe, soy el eco en tu cabeza, soy…

- ¿Quién soy?,  ¿Quién eres?, ¿Quiénes somos?

Desde hace mucho vine a tu encuentro, el mundo injusto te golpeaba y no había escapatoria, desde los confines de un callejón sin salida aparecí para auxiliarte, para sacarte del mundo de fantasías en el que decidiste vivir por tanto tiempo y que te llevaron al delirio de una alegría irreal.

Yo te mostré el camino y abrí tu visión a nuevos horizontes, te empuje a ser el mejor sin importar cómo. Te vestí con las armaduras resistentes a la mediocridad de lo usual, te di alas de fuego para que nada se te acercara y llegases hasta el final, te hice invencible. Pero cuando llegaste al punto más alto, me has dado la espalda.

- ¿Y ahora qué?

Olvidaste quien te brindó la mano y fue el hombro que te sacó de los escombros de la realidad. Tu semblante se volvió prepotente al verte fuerte, rodeado de todos que te escuchan tu voz, pero nadie está ahí para seguir tus pasos.

Ahora los días parecen ser muy felices para ti, todo es bello ante tus ojos; es solo una mentira que tratas de repetirte para justificar tus actos de debilidad, pero ya ves que las cosas no siempre terminan como todos quisieran, tú no eres la excepción ¿Y quién está ahí nuevamente para verte caer y levantarte?

- ¿Quién?

Yo soy quien te acompaña todos los días, aunque no lo quieras, incluso trates de negarlo. Soy yo quien domina tu mente y tus pensamientos, quien destruye tus sueños y siembra todas tus dudas, yo consumo tu vida día a día y te llevaré a la tumba.

Yo soy todo lo que desprecias pero nunca te he abandonado, ni pienso hacerlo nunca. Te he dado mis consejos y enfocado tu vida cuando te ha hecho falta y así es como lo agradeces, aborreciéndome y queriéndome exiliar.

- No hay escapatoria.

Has querido huir de mi muchas veces, pero no has podido, cada vez que lo has intentado solo te veo desde lejos, yo soy la serpiente que trataste de domesticar y cuando menos lo imaginas, en silencio a traición volveré a morder y llenar tus venas con mi veneno. No puedes, no podrás contra mí.

¿Crees que una linda sonrisa te ayudara a deshacerte de mí? Escudriñas el amor donde no lo existe, mendigando un cariño inexistente solo para huir, ya lo has intentado, si antes no funcionó, ¿Por qué crees será diferente ahora? Estas solo, en un mar de personas a quien no eres relevante.

Los años han pasado y ha llegado el fin de este juego de la pasión, derrumbándose dentro de ti, consumiendo tus ilusiones y esperanzas. Labios dulces que dicen solo lo necesario para mantenerte aprisionado en una prisión de cristal que se precipita ante un abismo rocalloso.

- ¿Estas escuchando?

Yo soy la fuente de tu auto-destrucción, tu corazón ahora bombea el miedo que tinta tu sangre de negro, llevando el claro a los más oscuro, dirigiendo la construcción de tu muerte. Una orquesta rechinando violines y flautas tétricas elabora la marcha fúnebre en tu sinfonía final. La vida de la muerte se vuelve cada vez más perceptible, yo soy tu único verdadero amigo ahora.

Yo soy quien está ¿Y tú? Tú solo eres una máscara, el manto que me cobija, que arropa la gélida esencia de tu impotencia, tan solo eres un abrigo, el armazón de huesos y carne que me protege, tú eres al que culpan por mis acciones, haces el trabajo sucio que te he de encomendar, para ti será la vergüenza.

Soy todos los sentimientos que te han traído hasta aquí, la ira, la tristeza, la indignación, la decepción, el desamor; y ahora debes pagar el caro precio de lo que no es nada justo. Soy tu verdad escondida tras los arbustos de la mendacidad, soy tus subterfugios al pie del raciocinio. Soy tu vida, la que ya no importa.

- ¿Que si soy un demonio?

Es una tontería que siquiera lo pienses; vengo de las inmensidades del fuego y el frío ártico, soy el suspiro perdido en la vasta humanidad, no escucho a nadie y susurro en tu oído, en tus sueños. Pero al final soy lo que quieras que sea, un demonio, un salvador, una voz, el viento de los días de tormenta, soy todo y a la vez nada.

Te cubres entre letras vagas y sin sentido, tras nombres distintos y rebuscados, absurdos, salidos de libros imaginarios. Atiende el silencio y no trates de justificar tu paranoia, no voltees a ver a tus padres, ni los culpes por un pasado impreciso, ellos no te hicieron el hombre que en que te has convertido, porque ellos no te guiaron a la senda perniciosa, lo he hecho yo.

- ¿Cuál es mi nombre?

Has decidido llamarme Caín, tal vez apropiado para ti, pero no para mí, no soy el hermano rebelde que no escucha la voz de su amo, yo no tengo amo. Deberías llamarme de la manera adecuada, porque tienes que tomar la responsabilidad de lo que ha sucedido, de lo que ha hecho. Me ves día a día, en cada momento, en cada rincón, en todos los reflejos, estoy al otro lado cada vez que estás frente al espejo. Mi nombre no es lo que tú dices,  llámame por el nombre que realmente merezco: "YO".

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